Una buena hidratación se vuelve aún más imprescindible para el desarrollo de actividades físicas al aire libre ahora que llega el calor.
Alrededor de un 65% de nuestro organismo está compuesto por agua. Al realizar cualquier ejercicio físico, se pierde parte de ésta mediante la sudoración. Asimismo, incrementa la necesidad de agua de nuestro organismo, para recuperar la pérdida de líquido y minerales.
Cuando no se repone, el ser humano llega a un estado de deshidratación que puede provocar efectos secundarios como la disminución del rendimiento físico e incluso golpes de calor, calambres o cefaleas.
Para una persona en condiciones normales, la cantidad de agua recomendada son 2 litros diarios. Sin embargo, si le sumamos una actividad física intensa y un clima caluroso, la cantidad recomendada es muy superior.
Por todo esto, mantener una adecuada hidratación antes, durante y después de la realización del deporte es esencial para la práctica responsable y segura de cualquier actividad. Además de implicar una mayor eficiencia y rendimiento en los ejercicios.
El agua mineral es la forma más sana y saludable para la hidratación de nuestro organismo. Sin embargo, existen bebidas que, además de hidratar, generan otros beneficios en nuestro cuerpo.
Las bebidas isotónicas son muy efectivas en la práctica de actividades intensas y prolongadas. Producen electrolitos, las partículas reguladoras del equilibrio de líquidos en el organismo: como el sodio, el cloro y el potasio. La ausencia de estos puede ocasionar debilidad, calambres, etc.
Además, las bebidas isotónicas aportan hidratos de carbono. Esto aumenta la energía para el músculo y mantienen una concentración adecuada de glucosa en sangre. Otra ventaja de dichas bebidas es la variedad de sabores, que facilita la ingesta y estimula la sed.
También existen geles energéticos que también aportan electrolitos y ayudan en la hidratación del cuerpo en las actividades físicas.